Una multitud de herreños y visitantes abarrotan la calle de Tigaday para vivir una de las citas más esperadas del carnaval herreño
Redacción.- Con su segunda y última salida en este martes de Carnaval, Los Carneros de Tigaday han vuelto a recorrer las calles de La Frontera, protagonizando una de las fiestas más emblemáticas del carnaval de la isla.
Esta centenaria tradición, declarada Bien de Interés Cultural de Canarias en 2018 y rescatada por Benito Padrón y su hijo Ramón Padrón, ha vuelto a demostrar la pasión con la que se vive esta celebración en el municipio, con cientos de asistentes que no han querido perderse una cita que ya es obligatoria tanto para herreños como para visitantes.
Los Carneros de Tigaday han vuelto a llenar las calles de emoción, adrenalina y mucho betún en este segundo día, tiznando a todos los que se cruzan en su camino y corriendo detrás de quienes se atreven a desafiarlos.
El alcalde de La Frontera, Pablo Rodríguez, ha destacado la importancia de continuar con esta manifestación cultural, que no solo representa un atractivo para los visitantes sino también un símbolo de identidad para los habitantes de El Hierro. “Los Carneros de Tigaday son nuestra imagen más icónica del carnaval de La Frontera. Su esencia y la participación de la gente demuestran el arraigo de esta tradición”, expresó.
Más de 50 carneros, ataviados con pieles, cornamentas y cencerros, y cuya identidad no se desvela como parte del misterio, iniciaron la peculiar “estampida” y recorrieron las calles persiguiendo a los asistentes y tiznándolos con betún. Una tradición que se mantiene viva gracias a que cada vez más jóvenes desean sumarse a esta celebración y convertirse en carnero, lo que confirma su creciente popularidad.
Sin embargo, ser carnero no es tarea fácil: el traje es pesado, la visibilidad es reducida y hay que correr mucho para mantener el ritmo frenético de esta fiesta.
Miedo y emoción se mezclan en una de las tradiciones más arraigadas del archipiélago canario. Una tradición que nos conecta con las raíces más ancestrales de El Hierro y que reafirma el compromiso del pueblo por conservar y dar valor al patrimonio cultural de la isla.
Ahora, con esta última estampida, toca guardar las zaleas y el betún hasta la próxima edición, cuando los carneros vuelvan a tomar la calle de Tigaday y se conviertan, una vez más, en los protagonistas del carnaval más tradicional de El Hierro.
